Necesito el sol de la mañana
que acaricie y caliente mi cara,
el agua fresca del río
que descanse estos pies míos,
y la luna, holgazana, cuando
no quiera hacer nada,...
necesito la calma
de escribir con el alma,
y no desde la rabia,
mirarte a los ojos, y besarte,
y que no nos importe nada,...
necesito que me acompañes
y Dios dirá mañana.
Cristóbal Pintor.