Cuatro paredes ya tengo
cuatro paredes y un techo,
cuatro no necesito
tres suficientes han sido,
para de una vez darme cuenta
que lo que he perdido es el techo,
pues tengo lo que merezco
ese techo sin estrellas
soledad y abatimiento...
y una pena, que no es pena
sino el lamento por dejamiento,
tengo esto porque quiero
por no saber lo que quiero,
por desperdiciar la vida
viviendo sólo el momento,
que no es amor el que daña
ni el que produce tormento,
si mi amor fuese sincero
si yo hubiera sido digno,
yo no estaría ahora
llorando igual que un niño.
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