LA GATA SE REVUELVE Y EL GATERO APRENDE
Y al gatero, todo,
le sabe a poco,
si no sabe de ella
su corazón
se acelera...
Y cuando supo
que su mano
se quemó,
un puñal
en su pecho
se clavó.
Y no se acostumbra
al largo silencio
en la penumbra.
Tiene mucho
que aprender,
pues sino,
quizás,
no la volverá a ver.
Gata sensible,
que no quieres
ser visible.
Gata herida,
oir tu voz
alegra el día.
Gata solitaria,
que no quieres
tener guardia.
Gata preciosa
color de miel,
si hoy
no te puedo ver,
tu regreso aguardaré
dejando pasar las horas.
J.Cristóbal Pintor.
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